América Latina y
el Caribe presentan un histórico rezago en innovación, ciencia y tecnología que
requiere de políticas públicas por parte de los Estados y un mayor compromiso
del sector privado para fomentar el desarrollo de la economía de la región.
Así lo señala el
informe “Señales de competitividad de las Américas 2012” presentado en la
inauguración en Cali del VI Foro de Competitividad de las Américas. El
documento se dio a conocer durante la Reunión Anual de la Red Interamericana de
Competitividad (RIAC), coordinada por Colombia con el apoyo de la Organización
de los Estados Americanos (OEA).
La investigación
del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre competitividad de la región
indica que “los países de América Latina y el Caribe siguen rezagados en
términos de capacidades científicas, tecnológicas e innovadoras”, según el
documento.
Factores de
creación de la innovación, tales como la inversión en Investigación y
Desarrollo (I+D), la participación del sector privado en el sistema de
innovación, el capital humano, las publicaciones científicas, patentes, y el
uso de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), “no corresponden
con el tamaño de las economías de los países y el nivel de ingresos de sus
poblaciones”.
Ello representa un
problema importante para la región, ya que “la innovación es reconocida como un
componente fundamental para el desarrollo económico a largo plazo y como factor
clave para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos de las Américas”.
El predominio de
las materias primas y las manufacturas en las exportaciones tampoco ayuda a
propiciar un escenario industrial equilibrado que permita asumir los riesgos
que acarrea la innovación, señala el informe.
Por su parte, la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) resaltó también el
retraso de la región en cuanto a la inversión en I+D. “América Latina invierte
en I+D un porcentaje del producto (PIB) que es menos de la cuarta parte de lo
que destinan los países desarrollados”, señala la CEPAL, algo que el BID
confirma en cifras recogidas por la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología.
Cifras. Según esos datos, en 1999 las inversiones en
I+D de América Latina y el Caribe equivalían al 0,55% del PIB, mientras en 2009
eran del 0,69%; al tiempo que en los países de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), como Alemania, Estados Unidos y
Canadá, entre otros, aumentaron la intensidad del 2,16% al 2,40% en esos
períodos.
De acuerdo con el
BID, este escenario presenta “grandes desafíos para el Estado y plantea la
necesidad de una evolución en las políticas públicas y en las capacidades
institucionales para apoyar la innovación”. Actualmente, la financiación de la
I+D “sigue concentrada en instituciones públicas” del Gobierno o universidades
hasta el punto de constituir el 59% del total, frente al 35% que suponen sus
contribuciones en los países de la OCDE.
La cooperación del
sector privado con estas instituciones es bastante deficiente, lo que complica
aún más que se pueda cerrar la brecha. Una causa de ello puede ser el escaso
reconocimiento por parte de las empresas de la importancia de la investigación
para el aprendizaje y la innovación.
A esto se le suma
la brecha digital que sufre la región frente a la adopción de las tecnologías
de la información y las comunicaciones (TIC) en los países de la OCDE, “a
excepción de lo relacionado con la telefonía”, según el BID.
Brasil es el que invierte más en I+D. Brasil se
ubica a la cabeza de los países que más invierten en I+D. Por ejemplo, en 2007,
asumió el 60% de los gastos en I+D de toda la región con un 1,09% del PIB. Este
año, destinó a tal fin el 1,2%, informó la CEPAL.
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