sábado, 24 de mayo de 2014

COMPETITIVIDAD LATINOAMERICANA


La competitividad de un país o de una región debe ser ponderada considerando el contexto y en función del entorno internacional del que es parte el país analizado, es decir que no podemos hablar de competitividad latinoamericana sin considerar las cambiantes condiciones en que el mundo se desenvuelve.
La aleatoriedad casuística que caracteriza el comportamiento de los mercados externos, unido su errático accionar, sus tendencias al consumo, la prevalencia o hegemonía comercial de ciertos mercados, así como las constantes hipótesis de guerra, cambian los parámetros con que la competitividad puede ser evaluada.

Al analizar el comportamiento de los escenarios comerciales internacionales, se observa que año tras año cae el consumo de bienes tangibles frente a los servicios, así como los (Pmd) países de menor desarrollo económico relativo continúan como proveedores de productos básicos, con bajo o nulo valor agregado, en tanto los PMD o países desarrollados proveen tecnología y servicios. Como consecuencia, podríamos aseverar que, siendo la totalidad de los países latinoamericanos, en vías de desarrollo, y consecuentemente proveedores de básicos sin especialidad, su posición competitiva no debiera ni mucho menos descollante.

Desde luego que tal aseveración tiende a ser un promedio ponderado desde que no podemos poner en igualdad a todos los países, donde hay proveedores de commodities y otros con algo de valor agregado
Otras cuestiones que también tienden a mostrar desigualdades en el desarrollo del comercio internacional son las fuertes diferencias en las situaciones políticas, sociales, culturales y principalmente económicas propias de cada país que marcan fuertes diferencias en la competencia externa y la continuidad de las políticas de exterior
En las economías andinas, de fuerte dependencia de la salida de sus recursos, una especial atención requiere el comportamiento del mercado petrolero donde entre 2000 y 2001, el precio del barril del petróleo crudo pasó de US$ 25.1 a US$ 19 debido a una sobreoferta de crudo, parámetros que se traducen en una balanza comercial errática

En este contexto, también la crisis económica y financiera de Argentina constituyó otro hecho importante que incidió fuertemente en la inestabilidad financiera de la región ante la posibilidad de un posible efecto contagio. Sumado a ello, se debe considerar que los mercados emergentes no fueron el mayor atractivo para los inversionistas extranjeros a pesar de la política monetaria expansiva aplicada en la economía de Estados Unidos
Existe una gran diferencia en la comercialización de productos básicos o primarios, a los que se denomina “Commodity” y de los que Latinoamérica sigue siendo exportador consecuente, y la de los productos terminados o de valor agregado, pero la principal diferencia es en quien queda con el mayor margen comercial y la inseguridad por el no poder manejar factores de producción además de la falta de lealtad de los compradores, desde que la producción de básicos se basa en la:
Disponibilidad abundante de materia prima, generalmente estacional, lo que genera altos costos fijos; Materia prima de calidad, para disponer de un buen producto final; Mano de obra calificada aunque estacional, es decir que al producir estos bienes no se está en condiciones competitivas frente a productores seriados que no dependen de la estacionalidad. Tomemos por ejemplo los principales productos exportados por Ecuador en solo dos años de comparación y observaremos que, el precio de cacao en grano cayó de us$ 991 en el 2001 a us$ 765 por tonelada en el 2002 en tanto que el banano, que caracteriza a ese país, experimento una caída en los precios en el mismo período de casi un 7%
Algo similar ocurrió con los productos agroindustriales de bajo valor agregado, como las conservas de pescado cuyo valor por tonelada a 2001 era de us$ 1849,- para el 2002 ya habían bajado a us$ 1615

La balanza comercial fue nivelada por el fuerte aumento del petróleo, que pasó de us$ 19 el barril en el 2001 a us$ 25,1 el barril en el 2002, además de un alza en el precio de los frutos de mar Esta situación se clona al efectuar el análisis de los productos exportados por cualquier otro país de América Latina (tal el caso de Guatemala mencionado anteriormente) y principalmente los de la cuenca del pacífico

Esto significa que los operadores, que por la naturaleza de sus producciones, tienen respuestas dilatadas en el tiempo a estas requisitorias, deban dedicar mayor atención a la interpretación de las cuestiones de política social y situación cultural de cada mercado con preeminencia frente a las cuestiones de política económica

Por todo ello, mientras no se cambien las condiciones geopolíticas de la región que permitan establecer diferencias comparativas por país, no podremos pretender una diferenciación productiva que posicione a los países como proveedores de rubros específicos y únicos por su valor agregado como tampoco ponderarlos bajo las actuales reglas de la competitividad.
Un papel importante en esta relación juegan los procesos de integración en los que los países participan, tales como La Comunidad Andina de Naciones, el Mercosur ampliado, el Nafta, y su desigual dinámica de compromiso integrador, procesos que debieran ser el motor de la especialización, herramienta fundamental en el proceso de agregar valor.

Una esperanza que no es tal, en materia de aumento de competitividad internacional la constituyó la idea de una mayor integración con los países del norte en la Asociación de Libre Comercio de las Américas (ALCA), desde que lo que se propone no es un desarrollo sostenido y sostenible que permita un crecimiento por rubros de especialización, sino meras metas estratégicas del norte al sur que permitirán la subsistencia del actual estado de cosas

No podemos dejar de destacar que el cambio producido en los procesos proteccionistas que relativizan los controles económicos de entrada a los mercados, frente a la nueva presencia de barreras neo - proteccionistas cada vez mas estrictas, que privilegian el respeto del cumplimiento de normas técnicas, sanitarias, orgánicas y biológicas, administrativas y formales, además del establecimiento de precios globales conformados entre el oferente y todos los competidores afectan más fuertemente a los productos básicos y alimenticios, de los cuales Latinoamérica es proveedor

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